La única lucha que se pierde es la que se abandona.
sábado, 24 de septiembre de 2011
Y yo también.
Te mueres por unas miserables caricias. Por un plan de un aburrido lunes por la tarde. De besos a cada rayito de sol. Aunque sea de puntillas. Aunque se haga de noche después. Lo dicen tus ojos, tu boca, tus manos, tu todo.
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