sábado, 9 de noviembre de 2013

Duele no sentirte.
Verte y no rozarte.
Duele hasta dirigirte la mirada.
Duele recordarte.

Pero más dolía mirarte con indiferencia.
Sentir que eramos la sombra de lo que un día fuimos.
Pensar que nada era suficiente.
Saber que todo estaba de más.

Miento si digo que pensar en ti no duele.
Que podría hacerle el amor a otro que no fueras tú.
Que he besado otros labios y no he soñado con los tuyos.

Pero por mucho que duela
lo cierto siempre será
que tú y yo dejamos de ser tú y yo
mucho antes de dejar de ser nosotros.

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