sábado, 22 de octubre de 2011

-Sínkope

Me siento en el umbral de tus ojos y pierdo el miedo. Vuelo esta noche, tengo antojo de anidar en tu pelo. Me riego pero me marchito si no te huelo y me balanceo despacito empujado desde adentro y aunque a veces vuelve bajo, cojo altura si te veo. Eres rama, eres refugio, eres agua en mi desierto. Y aquí ando de nuevo, en la penumbra perdido, esperando a que venga y con tu luz pueda ver el camino, me echo a reír al verte venir con la luna en tu ombligo. Y en el aire cultivo palabras que voy a susurrarte al oído. Me siento tan bien que pienso en guardar en tarros de miel todo lo vivido para que cuando no estés poder untar con algo dulce el agrio vacío que empieza a cocer y esto ya no es igual, ya no es lo mismo ni parecido. Que va, que va. Otra noche con la misma flor y cada noche un aroma y cada noche un color. Otra noche, envuelto en tu hojas, su alegría me moja y yo soy esponja que lo absorbe todo, su alegría me moja y en sus labios se aloja un dulce veneno. Y empiezo a subir de nuevo para arriba buscando la vida, me siento tan bien que voy a construir en el cielo un jardín sujeto con pinzas donde plantar flores para reír, cambiar mis temores por suaves caricias, y en una calada llegar hasta ti, mezclarme en tu piel sin dejar pistas. Otra noche con la misma flor, y cada noche una aroma y cada noche un color. Otra noche envuelto en sus hojas, su alegría me moja y yo soy esponja que lo absorbe todo. Su alegría me moja y me da para que escoja puestas de sol. Y sobre un canchal me siento a flipar y a recordarte dando paseos me dejo llevar hacia tu voz y cierro los ojos para ver tu careto y vuelvo a quemar hierba para reír, cambiar mis temores por suaves caricias y en una calada llegar hasta ti y mezclarme en tu piel sin dejar pistas.

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